Cuando nos enojamos o estamos muy contentos, solemos decir: “es que así soy”.
Si alguien pregunta por qué hablas de una forma o por qué te comportas de alguna otra, se suele reafirmar: “es que así soy”, a lo que algunos agregan: “así nací y así seguiré”, “así somos en el norte”, o “así acostumbramos en tierra fría”.
Esta creencia de justificar que actuamos de una forma porque así hemos nacido, porque nuestro pasado nos definió o porque las circunstancias así me han llevado a ser, reflejan sin lugar a dudas que hemos regalado a otros la conformación de nuestro ser, cuando ésto debería ser una responsabilidad exclusiva de cada quien.
Esto no significa actuar y pensar solos. De hecho por eso estamos aquí, para apoyarnos en este proceso.
Definir quien eres o quién quieres ser, es una decisión personal, pero en realidad, implica una responsabilidad compartida: nuestra familia, amigos, los libros que leemos, la escuela a la que asistimos, la sociedad que nos ve nacer y crecer.
Te propongo un ejercicio, cómo cambiaría la percepción de ti mismo si la siguiente vez que te pregunten ¿por qué hablas así, o actúas de esta manera?, puedes responder: “porque he reflexionado y así he decido hacerlo”, “esto es lo mejor que puedo ser”, o “.
Un par de hermanos, crecieron en la misma familia, en la misma casa. Su madre era maltratada por su padre, quien además era alcohólico; regularmente tenían problemas de dinero y había un ambiente violento regularmente en casa.
Cuando crecieron, se entrevistó a uno de los hermanos, el cual estaba en la cárcel, dejando a una familia con problemas para subsistir; solía ser inestable en sus trabajos y apenas pudo terminar su educación inicial. Cuando le preguntaron por qué había tomado esta serie de decisiones, sin dudar contestó: “¡Con un pasado como el mío!, ¿qué otra cosa podía ser?”
Asimismo, se entrevistó al otro hermano, quien vivía con su familia en un ambiente de armonía y un trabajo estable. A la misma pregunta, de cómo podría haber logrado tener una vida así, contestó: “¡Con un pasado como el mío!, ¿qué otra cosa podía ser?”
Cada uno de nosotros podemos tomar decisiones, y las más importante tendrían que estar enfocadas en cómo queremos ser.
Si puedes ser más amable y antes no lo eras, no significa que ahora NO ERES TÚ, al contrario, ERES QUIEN HAS DECIDIDO SER, y ese nuevo ser, es más auténtico que aquel que lo definió su pasado o sus circunstancias.
Cambiar para mejorar, en realidad no te vuelve otra persona, sino aquella que estaba dentro de ti, y que ahora ha decidido salir de esa oscuridad, para iluminar a quienes te rodean.
Comentarios recientes